El seguimiento del paciente después de un tratamiento de braquiterapia se realizará con la determinación periódica del PSA en sangre.
La analítica se efectuará cada 4 meses durante el primer año; cada 6 meses el segundo año y un análisis anual a partir del tercer año.
No hay restricciones a la hora de viajar o con el contacto físico con otros adultos.
Los pacientes que manifiestan clínica pueden hacer una vida normal, controlando los síntomas con hábitos higiénicos y alimenticios básicos, o bien con medicamentos de tipo antiinflamatorios o alfabloqueantes.
Un grupo reducido de pacientes pueden presentar tras el implante molestias rectales caracterizadas por malestar, picor o sensación de ganas de ir al baño. Dichas alteraciones desaparecen en unas semanas y mejoran con los cuidados locales (baños de asiento, pomadas rectales)