La braquiterapia prostática debería llevarse a cabo por grupos expertos. Dependiendo de la modalidad de braquiterapia, la sistemática puede variar de unos centros a otros.
La técnica que llevo a cabo es la de “Planificación intraoperatoria con cálculo dinámico de dosis” (tiempo real).
Utilizo semillas de 125I, que son semillas unidas (enlazadas), con lo que consigo evitar la migración de las mismas a otros órganos, cosa que no ocurre cuando se utilizan semillas sueltas.
Fig. Software para el cálculo de dosis en tiempo real.
La diferencia con las otras técnicas estriba en que el cálculo de dosis definitivo se obtiene con la identificación de cada una de las semillas que van siendo depositadas en la próstata, con lo cual la dosis que se obtiene es la definitiva y real y, si no es la más adecuada, me permite hacer correcciones dentro del propio acto quirúrgico para conseguir la distribución y la dosis más idónea para el caso que nos ocupa.
Esta técnica presenta frente a otras técnicas las siguientes ventajas.
Finalizo el proceso realizando una protección a nivel de la mucosa del recto (técnica desarrollada por mi mismo y avalada por la comunidad científica internacional)
Fig. Ecografía tras implante de semillas
El paciente es dado de alta a las 6-8 horas tras el ingreso, una vez ha desaparecido el efecto de la anestesia, sin sonda (el paciente sale del quirófano sin sonda), pudiendo incorporarse a su vida habitual.
Durante los primeros días tras el implante en un grupo reducido de pacientes es posible detectar restos de sangre en la orina.
En los 3-4 meses siguientes al implante observamos que 1/3 de los pacientes no presentan clínica o esta es insignificante, el resto presentan molestias uretrales manifestadas por aumento de la frecuencia urinaria, urgencia en ir a orinar y menor fuerza al orinar. Los pacientes que manifiestan clínica pueden hacer una vida normal, controlando los síntomas con hábitos higiénicos y alimenticios básicos, o bien con medicamentos de tipo antiinflamatorios o alfabloqueantes. Tras este periodo de tiempo y en los meses siguientes, los síntomas tienden a desaparecer, de tal forma que a partir del 6º mes, en el 92% de los pacientes tratados, la clínica ha desaparecido o es insignificante, no precisando medicación.
El índice de retenciones en nuestra serie ha sido del 2%, y ocurrieron en pacientes que presentaban dificultades importantes para orinar previas a la intervención. Todos los casos se resolvieron con la colocación de una sonda urinaria durante un tiempo con retirada posterior sin incidentes.
Un grupo reducido de pacientes pueden presentar tras el implante molestias rectales caracterizadas por malestar, picor o sensación de ganas de ir al baño. Dichas alteraciones desaparecen en unas semanas y mejoran con los cuidados locales (baños de asiento, pomadas rectales)
Muchos pacientes se preocupan o tienen dudas acerca de si un implante conlleva peligro de irradiación sobre sus familias y/o amigos.
Aunque las semillas son radiactivas, usted no. Una ventaja de las semillas radiactivas de 125I es que, esencialmente, toda la radiación es absorbida dentro de la próstata. A los pacientes no se les considera radiactivos después de abandonar el hospital.
No hay restricciones a la hora de viajar o con el contacto físico con otros adultos.
Además si usted ha sido implantado con semillas unidas no tiene riesgo de expulsarlas por la orina. Si por el contrario ha sido implantado con semillas sueltas, tendrá que tomar precauciones con las primeras micciones.
Las mujeres que estén (o puedan estar) embarazadas pueden convivir en la misma casa y sentarse en la misma mesa a comer, no hay necesidad de que les trate de forma diferente a como lo haría antes del implante.
A los niños pequeños puede abrazarles y pueden permanecer en la misma habitación que usted tanto tiempo como desee.